
Emergencias Espirituales
Fundacion San Dimas
ACCIONES DE LA FUNDACION SAN DIMAS
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Propagar la práctica del ACTO DE CONTRICION en las postrimerías de la existencia, entendiendo esta acción como aquel acto íntimo de relación personal entre la criatura y su Dios, en la que la primera reconoce al segundo como su Creador y Salvador y entrega su espíritu y existencia a su Divina Providencia con Fe, Esperanza y total confianza de ser acogido por Dios como un Padre amoroso infinitamente misericordioso. Para que sea de alcance global se entenderá que esta labor apostólica de asistencia, promoción y enseñanza se hará de un modo virtual, utilizando el ciberespacio y toda la tecnología informática al alcance.
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Enseñar de manera clara, precisa y práctica el concepto de ACTO DE CONTRICION como lo entiende la Doctrina de la Iglesia Católica y promover su práctica enseñándolo especialmente a quienes atienden enfermos graves para que a su vez transfieran tal conocimiento y practica a los mismos pacientes graves y moribundos. Para aquellas personas que practican una Religión diferente al Cristianismo y aun para los que no tienen Religión o No creen en Dios se buscara un modelo similar de al “acto de contrición” que puedan entender y aplicar.
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Concientizar a los cristianos bautizados que su labor y obligación misionera y apostólica nace en el bautismo porque este sacramento hace participar al bautizado de la misión con Cristo como sacerdote, profeta y rey.Quien recibe el Bautismo queda revestido de Jesús el Mesías, lo que significa que la misma vida de Cristo está presente y actúa en el que ha recibido el Bautismo.El bautizado, unido a Cristo en la Iglesia, es como Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey, y está llamado a dar testimonio del Señor en este mundo. El Concilio Vaticano II ha enseñado que "los bautizados son consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo por la regeneración y la unción del Espíritu Santo" ( LG 10; cfr. 1 Pe 2, 9-10).
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La acción del bautizado como sacerdote, profeta y rey debe ser viva y operante, eso no quiere decir que desplazaría o usurparía la labor propia del sacerdote consagrado en el sacramento del Orden Sacerdotal, sin embargo hay que concientizar al bautizado de las múltiples acciones que puede hacer como sacerdote y profeta.
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Trabajar en conjunto con los primeros responsables de la atención y asistencia espirituales de enfermos graves y moribundos sin pretender interferir, reemplazar ni desplazar las labores obligatorias de atención espiritual a este tipo de enfermos que corresponde a los sacerdotes y capellanes de clínicas y hospitales y a los párrocos; nuestra labor estará enfocada con principal prioridad a atender de manera urgente, rápida y prioritaria a aquellos enfermos que de forma repentina, brusca e inesperada o sorpresivamente se encuentran con la cercanía inminente de la muerte y por cualquier motivo no hay disponible un sacerdote católico que pueda atenderles. En los casos de abortos espontáneos o partos pretérminos con fetos nacidos vivos se promovera a los profesionales que atiendan el caso la alternativa y posibilidad de bautizar estos fetos directamente con la autorización de la madre o el padre del feto.
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Concientizar a los médicos y en general a TODOS los profesionales de la salud, a los sacerdotes, capellanes, párrocos, seglares y laicos de su responsabilidad trascendente en la atención de las personas moribundas. Buscaremos el concurso de las facultades de Medicina para tener especial acceso a los médicos en formación para hacerlos conscientes de la responsabilidad moral y bioética que tienen de RESPETAR, PERMITIR Y FACILITAR la atención en el ámbito espiritual que voluntariamente soliciten sus pacientes y también la de sugerir o instruir a los enfermos para que sean ellos mismos quienes de manera libre y voluntaria soliciten esta asistencia espiritual, siendo claros y precisos en la información que deben suministrar a sus pacientes y/o familiares responsables en cuanto a la gravedad y pronóstico del cuadro clínico o de su enfermedad.
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Promover la labor apostólica y misionera moderna contemporánea utilizando todos los medios tecnológicos y de telecomunicaciones usando todos los medios tecnológicos y de telecomunicaciones para hacer eficiente nuestra labor. Trataremos de integrar y contar con un número adecuado de buenos y santos sacerdotes católicos, teólogos, pastores y ministros de otras confesiones cristianas y otras religiones que estén dispuestos a asesorar nuestra labor y llevar el consuelo y la esperanza a estos moribundos, y de médicos y profesionales de la salud que promuevan y propaguen los principios de la Fundación.
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Promover dentro del carisma de esta obra la enseñanza a la comunidad en general, a defender el derecho a morir con dignidad y con atención digna, humana, moral y espiritual, entiéndase que defender este derecho NO es en caso alguno promover o defender cualquier tipo de “eutanasia”, “suicidio asistido” o eufemismos similares, es todo lo contrario, es propender porque los enfermos en general pero especialmente los agónicos y moribundos reciban atención integral en sus dolencias físicas, morales y espirituales, es dignificar el momento más importante de la existencia humana, la muerte. En síntesis humanizar el dolor y la muerte, morir rodeado de sus seres queridos y en especial en paz con Dios y con sus hermanos, es engrandecer el momento crucial y definitivo de la existencia, el momento de las definiciones, el momento de encontrarse con el Creador, pero llegando a El de una forma digna como diría el Evangelio con el más elegante de los “vestidos”, la gracia de Dios.
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Estimular la vigilancia en la fidelidad a la gracia de Dios, pues no sabemos respecto a la muerte “ni el día ni la hora”.
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Llevar la atención y asistencia espiritual con el sacerdote católico cuando físicamente sea posible a quienes por accidente, violencia, aparición de una enfermedad aguda, aparición de una complicación grave en una enfermedad aguda o en una enfermedad crónica se encuentren en peligro inminente de muerte, es decir aquellos que de manera inesperada o sorpresiva les llega el fin de su existencia en la tierra y desean o han manifestado expresamente la necesidad de esta atención espiritual final, teniendo la certeza que Dios siempre da una oportunidad de arrepentimiento y contrición. También buscaremos asistir aquellos enfermos que por cualquier circunstancia se encuentren en inminencia de muerte y no hayan sido asistidos espiritualmente aun. En caso que el enfermo no profese la Religión Católica o no desee ser asistido por el sacerdote católico se buscará el modo o la manera que pueda ser asistido por el ministro, pastor o quien haga sus veces en la confesión o religión que profese o a la que pertenezca.